Reseña del libro: AGUER, H., Sobre la Educación católica en el momento actual, EDITORIAL Serviam, Caja Educación nº 7, Bs.As., 1998.
Se trata de un folleto en el que el autor incorpora dos conferencias relativas al tema de la Educación Católica.
La primera se titula Jesucristo, imagen del hombre nuevo, centro del prometo educativo católico – pronunciada el 5 de abril en la ciudad de la Plata, por ocasión de la Asamblea del Consejo de la Educación Católica de la Provincia de Buenos Aires. La Segunda, Al servicio de Cristo Maestro, realizada el 22 de julio en Buenos Aires, durante el VII Curso de Directivos de Nivel Inicial y de la Educación General Básica, organizada por el Consejo Superior de Educación Católica.
Jesucristo, imagen del hombre nuevo, centro del proyecto educativo católico
Se trata de una reflexión teológica, filosófica, cultural, con vistas a orientar la tarea educativa, en nuestra situación actual, ” con lucidez y esperanza” ´- Pág. 5
El autor llama la atención para la importancia de la expresión cristiana “hombre nuevo”, la cual ha sido muy manoseada. Actualmente, dicen que vivimos en una era ” post -cristiana”, como si el cristianismo fuera fruto del pasado. Sin embargo el origen de esta expresión es profundamente bello y complejo. Hoy, todavía, cunando se habla en “hombre nuevo ” es refiriéndose al hombre actual, en una cultura que pretende “crear” un hombre nuevo. Eso tiene origen en el fenómeno de la Ilustración, que encontró en el siglo XVIII su máxima formulación. Es un fenómeno que encuentra su origen ya desde el siglo XV o XVI, cuando el hombre, por su desarrollo científico, ultra valorizándose como el autor de todo. Pretende ultrapasar el horizonte del cristianismo. El hombre se ve como centro del universo.” El hombre ahora se encuentra realizado en el hombre y en su proyección histórica. Lo sagrado está en el deber para Kant, lo sagrado estará en la razón para Hegel; lo sagrado estará en el hombre para Feuerbach, que es lo que explicita de un modo radical el proyecto de la ilustración expresándole casi en términos religiosos. Ahora el hombre tiene que apropiarse de su condición divina, de su esencia de dios que él ilusoriamente había proyectado fuera de si, en un Dios imaginario”.-Pág. 7
El fenómeno de la Ilustración ha influenciado en el marxismo y comunismo, superándose a sí misma. Hoy hablamos en postmodernidad, sin saber realmente de que se trata.
Sin embargo, dio origen a una nueva concepción de lo que es “hombre nuevo”, en un antropocentrismo total.
Marx desea crear un hombre libre, desalienado, llegando a la realización plena de su humanidad. La alienación económica, basada en la propiedad privada, la alienación social, basada en las diferencias de clase, la alienación política , pues la clase dominante imponía su poder y la alienación filosófica, considerando la Religión como el opio del pueblo.
El autor señala que “El planteo marxista, la idea del hombre nuevo es fundamental, y a la tarea sagrada de su realización se ha sacrificado la vida y la suerte de muchos millones de personas“. Ejemplifica: “la revolución cultural impulsada por el maoísmo en China, por ejemplo; la inversión de la condición personal de tantísima gente que de ser un filósofo, un intelectual, tenía que pasar a ser un campesino para “renovarse” para “transformarse”, para cambiar de mentalidad, para ser una persona nueva. Lo mismo podemos decir de las técnicas de lavado de cerebro” y del régimen policíaco de terror propio de la era soviética. Hay algo terrible allí, en esa especie de inversión de la novedad cristiana, y es de admirar que haya tenido una vigencia extraordinaria un fenómeno tan contrario a la naturaleza humana.” -Pág. 24
Cuando se habla hoy en día de muerte de ideologías hay que tener mucho cuidado, pues pueden resucitar. Así como la Ilustración, que no sabemos si existe o no, pues el llamado fenómeno posmodernidad es muy difícil de definir.
Todo ese discurso es muy importante para nosotros hoy, una vez que la educación está emparentada con las ideologías modernas. De esta forma es muy difícil para educadores católicos, superar esa situación delicada, la cual requiere el máximo de discernimiento.
Las instituciones han adherido al propósito de transformación de de las pautas educativas. De ahí surge el problema de sobreponer el método a una estructura educativa que ya se encontraba perjudicada.
La Ley Federal de la Educación, si bien sea importante y aún antecedida de un Congreso Pedagógico Nacional, al proponer los contenidos Básicos de la Educación traduce una caída al proyecto posmoderno contradictorio y confuso.
Veamos algunos elementos capitales: la concepción antropológica de persona, para comprender el verdadero sentido de “hombre nuevo” en su dimensión espiritual. De ahí surgen una serie de consideraciones. Por ejemplo: los derechos humanos son resultados de la dignidad del hombre creado a la imagen y semejanza de Dios. La mudanza de esa concepción hace relativos todos los conceptos e instituciones, como por ejemplo, la familia. Esos contenidos fueron corregidos. En la actualidad la preocupación recae sobre los contenidos de la Poli modal, reapareciendo la versión original, como por ejemplo el tema de la cuestión sexual desproveído de la dimensión ética, afectiva y espiritual, cayendo en el terreno de las ciencias naturales.
Todo eso lo decimos para demostrar la gran dificultad de transmitir los contenidos de la visión cristiana. Hoy, la visión constructivista bien como los proyectos pedagógicos dependen de una revolución cultural.
Nosotros cristianos deseamos formar las personas según la imagen de Jesucristo, imagen del hombre nuevo, conociendo las dificultades traer al presente una novedad aparentemente superada. Para nosotros Jesucristo es el hombre nuevo, el final. Después de El no hay otro. Es el último como realización de la persona humana.
Santo Tomás de Aquino comentando el texto paulino de la 2ª Carta Cor. 5, 17, enseña: “La creación primera, cuando de la nada las criaturas fueron constituidas por Dios, en su ser natural, era entonces nueva; pero el pecado la hizo envejecer. Debió plasmarse una nueva creación que constituyera a las criaturas en el ser de la gracia. Sacándolas de la nada más profunda y misteriosa del pecado. Nosotros traemos la semejanza de Adán, la semejanza de Adán que ya brilló en el primer Adán; pero también traemos la desemejanza con Dios que el primer Adán nos transmitió a causa del pecado. Como en una nueva creación, en Cristo se da la novedad verdadera y replasma la auténtica semejanza de Adán, la semejanza de Dios que, se realiza la imagen en plenitud.” “El hombre nuevo es el hombre revestido de Cristo” -Pág. 16
San Pablo emplea el adjetivo interior para aclarar el tema: ” el hombre nuevo es el hombre interior, esto es, el hombre recreado en la gracia del Señor” (Cf. Rom. 7, 22; Ef. 3, 16) – Pág. 17. La creatura no puede sola, realizarse humanamente ni ser totalmente libre. Sólo en comunión con Cristo Redentor.
Por eso, pasa el autor a referirse directamente al Proyecto Educativo Católico centrado en Jesucristo.
Los tres tópicos señalados son: “la creación de un ambiente evangélico, el ayudar el desarrollo de la personalidad cristiana, su plasmación a partir de la gracia del bautismo, y el ordenar en la cultura humana el conocimiento del mundo y de la vida según la fe.”-Pág. 20
El autor reconoce que la armonización fe, cultura y vida es muy difícil de obtenerse, y analizando el proyecto educativo, señala tres aspectos fundamentales: el desarrollo en nuestra juventud y en nuestra niñez del cultivo y de su misterio; el cultivo de la Verdad y finalmente, los valores.
El texto es denso, pues profundiza el misterio antropológico del hombre, creado a la semejanza de Dios.
Puntos más importantes, relativo al cultivo de Dios y su misterio:
– Necesidad de desarrollar la sensibilidad espiritual y, consecuentemente el sentido de la adoración y trato íntimo con la SS. Trinidad desde la niñez;
– Dificultad de educar en el sentido de Dios;
– La educación católica ultranza los limites de formación de personas honradas, pero cristianas.
Puntos más relevantes cuanto al cultivo de la Verdad:
– Necesidad de mejorar la dimensión doctrinal de la catequesis, en general de toda educación cristiana;
– El reconocimiento de la fe como adhesión personal a Dios;
– La fe no consiste en vibraciones emotivas y momentáneas, que pueden experimentarse en retiros y jornadas. La fe es convicción, es adhesión a una verdad que es una persona viviente, el Dios Trino;
– “La fe es conocimiento y convicción: Cristo es la Verdad, es el pensamiento y la Palabra de Dios y su mensaje se articula en un cuerpo doctrinal. Afirmo que es el sentido de la Verdad que está en juego aquí” (Pág. 22.)
– Decadencia actual del sentido de la Verdad al nivel de opiniones igualmente válidas.
– Necesidad de una educación dotada de la máxima excelencia científica y pedagógica” que conduzca al reconocimiento de la verdad cristiana como plenitud del saber” ( Pág. 23)
– Problema: nuestra catequesis privilegia de modo inarmónico el aspecto metodológico, en desmedro del contenido, atribuyendo el riesgo de caer en el intelectualismo.
– “No hay que tener miedo a la inteligencia, porque esta ha sido hecha para la Verdad y si no reconocemos el papel vital de la inteligencia, no podemos contribuir a la recuperación del sentido de la Verdad” (Pág. 24).
Puntos más relevantes cuanto al cultivo de los valores:
– Formación de los alumnos en los valores evangélicos;
– Proponer modelos de vida partiendo de la experiencia;
– Transmitir amor y entusiasmo por valores cristianos, su belleza e integridad.
– Hacer comprender que esos valores: justicia, libertad; autenticidad no pueden ser concebidos de forma individualista;
– Cuidado con la propaganda posmoderna, por ejemplo, “la castidad, el amor entendido como donación, la generosa entrega de la voluntad, la austeridad de vida, la solidariedad efectiva” – Pág. 25
Señala el autor: “Todos podemos constatar como los alumnos de nuestros colegios se pliegan fácilmente a la mentalidad ambiente y acaban aceptando como lícitos los antivalores promocionados por la propaganda: las relaciones prematrimoniales, el uso de los anticonceptivos, las actitudes frívolas y consumistas, etc. No podemos permanecer impasibles ante esta situación, tenemos que implementar los medios para presentar de modo más adecuado los valores del Evangelio, una concepción de la vida en fidelidad al designio de Dios, y para mostrar que eso es fuente de verdadera alegría”. Pág. 25
Al servicio de Cristo Maestro
El autor enseña que debemos contemplar a Cristo singularmente como Maestro.
Jesús era asociado como Maestro, enseña el autor: “Cuarenta y ocho veces registran los Evangelios el uso de la palabra didáskalos, en cuarenta y una oportunidades el término está referido a Jesús, y de ellas veintinueve como apelativo: así llamaban repetidamente al Señor sus discípulos y también muchos otros que se acercaban a él.” Pág. 28 Sin embargo, era un Maestro diferente, no pedía opiniones de igual para igual con los escribas, planteando al pueblo una pretensión absoluta. Era categórico, decisivo aún exigía una adhesión total.
El término didáskalos equivale al nombre divino Kyrios, Señor. Aplicado a Jesús traduce un peso enorme. Solamente El es el maestro, nosotros somos discípulos.
Cristo también está presente en la escuela católica, como Maestro interior en el corazón de los alumnos. Hay que reconocer un papel especial del director, responsable por velar por la presencia de Cristo en la escuela. Debe empezar por su testimonio personal, vida de oración, y relaciones con profesores, alumnos y sus familias.
Señala el autor: “La síntesis entre cultura y fe se realiza gracias a la armonía orgánica de fe y vida en la persona de los educadores”-Pág. 30.
Es imprescindible en la escuela católica la dimensión religiosa, con vistas a un proceso educativo verdaderamente cristiano hacia la perfección.
“La doble síntesis de cultura y fe, de fe y vida no es otra cosa que la sabiduría, posesión fruitiva y realización de la verdad, y en definitiva posesión y gozo de la suma verdad y del amor primero que es Dios”. -Pág. 33
“Las diversas disciplinas, cultivadas con propiedad y precisión según su objeto y su método propio, son una adecuada propedéutica a la contemplación de la verdad total”. Pág. 35.
Informações Sobre o Autor
Maria de Fátima Prado Gautério
Professora Adjunta na Universidade Federal do Rio Grande. Licenciada em Direito Canônico pela Pontifícia Universidade Católica Argentina “Santa María de los Buenos Aires” – Facultad de Derecho Canonico “Santo Toribio de Mogorvejo”. Doutora em Ciências Jurídicas pela mesma Universidade.