Mediación en la era de la colaboración 2.0

Quisiera compartir brevemente algunas coincidencias entre  las características de la comunicación que comenzara a desarrollarse en especial con la irrupción en distintos ámbitos de la primera generación de nativos digitales[1] y la práctica de la comunicación eficaz que ejercitamos en el ámbito de un proceso de mediación.

La internet, que a partir de su utilización social  es considerada una verdadera estructura de participación, refleja en gran medida la forma en que nos comunicamos en las sociedades actuales denominadas también “sociedades de continuo presente” o “sociedades en directo”.  Esta sociedad, global y horizontal,  ha cambiado la dinámica de las comunicaciones, ya que mediante la utilización de Twitteer, Facebook, Linkedin, etc, los ciudadanos pasamos a convertirnos  en “actores de la nueva realidad social”.


Cabe mencionar que estas nuevas formas de comunicarnos tienen su base en la denominada Teoría de los seis grados de separación, planteada en 1929 por el húngaro   Frigyes Karinthy. La misma sostiene que cualquier persona en el mundo puede estar conectada de algún modo, por medio de una cadena de conocidos  de no más cinco eslabones o puntos de unión. Es  decir que  tan sólo seis niveles o grados no separan de cualquier persona  y las nuevas formas de comunicación a través de internet  -en especial mediante el uso de las redes sociales- lo permiten.                               


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En ese sentido, en el XV Congreso Iberoamericano de Derecho e Informática realizado este año en la ciudad de Buenos Aires, se mencionó la necesidad de “aprender a comunicarnos nuevamente”.  Y, precisamente, como comunicarse de manera adecuada requiere práctica, diversos autores señalan que para relacionarnos, negociar  e incluso para  resolver conflictos en la  denominada “era de la colaboración”, en la que por la influencia de las redes sociales predomina la interacción con el otro,  debemos desarrollar el  hábito de la comunicación asertiva;  clara, directa  y específica, para lograr el objetivo comunicacional, así como el respeto por la inteligencia colectiva[2], las negociaciones colaborativas y trasladar el valor de la “cultura de confianza”  ejercitada en las redes sociales a otros ámbitos, a fin de generar intercambios productivos dentro y fuera de las organizaciones. Precisamente, en dichos ámbitos de negociación y resolución de conflictos  -incluso algunos característicos del espacio virtual, como los originados por problemas régimen jurídico de un sitio web, transacciones en e-commerce, etc.- es que han comenzado a interactuar los nativos digitales, para los cuales no son extraños estos valores. Sin embargo,  constituye un camino de aprendiazaje  para muchos de nosotros, inmigrantes digitales.


 


Notas:

[1]  Término acuñado en 2001 por Marc Prensky en su libro Inmigrantes Digitales. El nativo digital es aquel que nació cuando ya existía la tecnología digital. Por lo tanto, se considera que los que nacieron después de 1979 y tuvieron a su alcance en el hogar, establecimientos de estudio y de recreación computadoras o celulares pueden considerarse nativos digitales.

[2] Pierre Lèvy explica en el libro“Humanidad emergente en el cyberespacio”, que se basa en la noción de una inteligencia universalmente distribuida. Nadie sabe todo, todos saben algo, todo conocimiento reside en la humanidad. No hay una provisión trascendente de conocimiento y el conocimiento es simplemente la suma de lo que sabemos.


Informações Sobre o Autor

María Cecilia Antoniazzi

Abogada-Mediadora MJyDH-Formación Arbitraje
Miembro Titular de la Comisión de Mediacion del CPACF


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